Travelust Blog Rorschach

Sentado en la silla delante de la recepción del hotel, repaso lo que ha sido el viaje. Lo que he aprendido, lo que me ha aclarado. Me ha vuelto a despertar de ese sueño occidental que vivimos la mayoría de la gente que conozco. Una vida plena, segura, estable y de bienestar. Que quien más quien menos tiene un techo bajo el que poder dormir, y una comida caliente al día. Paseando por los callejones y rincones de ese país, veía niños echando la siesta en montones de chatarra, perros callejeros felices de vivir, sueldos que no llegan a una tercera parte del mínimo que conocemos.. Los días en los que viajábamos con condiciones meteorológicas adversas, te hacían volver a agradecer la llegada a casa, salvo y sano. Volver a ver tus seres queridos, y volver a tener más claro quiénes eran para ti.
Viajar te abre la mente, te amplía el horizonte, te hace relativizar un poco tus problemas, y tus ambiciones. En otras palabras lo que es importante en tu vida. Tú.

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